Acostumbrados al enorme ángulo de visión de Oculus Rift, es cierto que vrAse no produce la misma sensación de inmersión, a pesar del tamaño de pantalla de nuestro Note 3, pero no se queda demasiado lejos. Podemos localizar las esquinas de la pantalla desplazando nuestra vista, especialmente los bordes horizontales. Tenemos la sensación de que el ángulo de visión vertical es ligeramente inferior al de Oculus Rift, pero el horizontal es bastante más bajo. El resultado es una imagen totalmente cuadrada en lugar de alargada.

 

La ventaja de este sistema, es que no es preciso aplicar un shader para contrarrestar la deformación de la imagen, pues no existe tal deformación. El cine virtual Go Show produce unos resultados sencillamente espectaculares. Se ha cargado la misma película en 3D lado a lado en el Note 3 con vrAse y en el Oculus Rift, y la sensación de pasar de uno a otro es impresionante. Los colores vivos y los 1920x1080 píxeles del Note 3 permiten disfrutar de una calidad que se calificaría como similar a la de un DVD, lo cual ya supone un enorme salto de calidad respecto al DK1 de Oculus VR.

 

Si Oculus Rift ofrece un increíble salto a un mundo virtual totalmente inmersivo, podríamos decir que vrAse tiende un puente que nos ayudará a dar ese salto. Es una experiencia que no resulta igual de inmersiva, pero sin duda es más amigable para todos los usuarios, que tendrán siempre una referencia en los bordes de la pantalla. Pero que nadie piense que es una sensación similar a mirar por una ventana, ya que sigue siendo un ángulo de visión espectacular y ha dejado boquiabiertos a todos los miembros de nuestro equipo, y a algunos afortunados más que han tenido el privilegio de probarlo.